ZONA A: EL TATE Y LA LEPRA EMPATARON EN UN VERDADERO PARTIDAZO

El puntero de la zona A no pudo con la lepra mendocina en el 15 de abril,

LIGA PROFESIONAL DE FÚTBOL 20 de septiembre de 2025 Tomas Puntano
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UNIÓN EMPATÓ CON INDEPENDIENTE RIVADAVIA Y ES EL UNICO PUNTERO DE LA ZONA ALos de madelon conversan la punta a 1 punto de barracas central

La noche en el 15 de Abril tuvo todos los condimentos de una película cambiante: autogoles, penales, nervios y un cierre de suspenso. Unión e Independiente Rivadavia igualaron 2 a 2, en un partido que fue un vaivén constante y dejó a los hinchas con sensaciones encontradas.

El arranque sorprendió a todos. Apenas iban 12 minutos cuando, en una jugada confusa dentro del área tatengue, Mauro Pittón terminó empujando la pelota contra su propio arco. Silencio en las tribunas y festejo mendocino: la Lepra pegaba primero y de visitante.

El gol en contra sacudió a Unión, que tardó en acomodarse pero no se resignó. La pelota empezó a pasar por sus mediocampistas y, empujado por su gente, inclinó la cancha. El premio llegó justo antes del descanso: Cristian Tarragona, con su experiencia, cambió penal por gol y devolvió la esperanza al pueblo rojiblanco.

Con el 1-1 en el bolsillo, Unión salió con otra actitud al segundo tiempo y rápidamente encontró la ventaja. Esta vez, la fortuna estuvo de su lado: Villalba, defensor de la Lepra, desvió contra su propia valla y puso arriba al Tatengue. Estallido en las tribunas, ilusión de triunfo y clima de fiesta.

Pero el fútbol siempre guarda un giro inesperado. A los 73’, apareció Alex Arce, el goleador de Independiente Rivadavia, para silenciar Santa Fe con un derechazo que decretó el 2-2. De allí en más, Unión intentó con más empuje que claridad, mientras la Lepra resistía y arañaba un punto valioso en una cancha difícil.

El pitazo final dejó una mezcla de sentimientos: Unión sigue como líder de su zona, pero con la sensación amarga de haber dejado escapar la victoria en casa. Para los mendocinos, en cambio, el empate fue un desahogo y una señal de que, pese a las irregularidades, pueden competir de igual a igual.

En una noche donde los autogoles fueron protagonistas y los hinchas no pararon de alentar, Santa Fe fue testigo de un partido vibrante, con errores, aciertos y la esencia pura del fútbol argentino: nadie se guarda nada, y cada punto se pelea hasta el último segundo.

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