INTERZONAL: EL CLÁSICO FUE ROJO Y BLANCO

Tarde de domingo, tarde soleada, tarde de un nuevo regional en la ciudad de las diagonales, El Pincha y El Lobo se volvían a enfrentar por el campeonato local en el marco de la jornada 13 del Torneo Clausura. 

Una gran expectativa se vivía del lado de 1 y 57 debido al mejor presente por sobre su rival, con un plantel superior, una actualidad institucional mejor y la paternidad que arrastra hace más de 20 años que cada vez se agranda más.

Del lado Tripero solo había fé y poco más, en la semana despidieron a su entrenador luego de la derrota ante Talleres, el técnico a cargo de dirigir al equipo en este partido trascendental sería Fernando Zaniratto, que ocupaba ese cargo en la reserva con un gran presente, teniendo que tomar la batuta cuando las papas no solo queman, ya estaban evaporadas. 

Un recibimiento espectacular sería el que presenciamos en La Plata, la hinchada de Estudiantes armó una fiesta increíble, mostrando sus mejores trapos, fuegos artificiales, humo y desplegando la bandera extensa con todos sus títulos en forma de denostar a su rival.

El partido arrancó y de entrada se veía a un Pincha dispuesto a pasar por arriba al Lobo, la primera clara vendría de un tiro libre cercano al vértice derecho del área de Insfrán ejecutado por Cetré, el cual fue raso y con un desvío pegó en el palo, el rebote lo tomó Román Gómez que lanzó un buscapié para Carrillo que de taco intentó pero fue débil el esférico a las manos del arquero tripero.

El colombiano del León y Tiago Palacios eran una pesadilla constante para las bandas de Gimnasia, todas las ocasiones vendrían por los costados, generando faltas con pelotas quietas que iban con mucho veneno posteriormente al arco defendido por el Mono. 

Tanto insistir vendría con premio para el León, en otra subida de Gómez por su andanivel derecho, lanzó un centro venenoso que la defensa de la visita no pudo despejar y quedó la pelota a media altura para la "palomita" de Cetré que convertiría el primero para el local y el delirio de 1 y 57.

No pasaría mucho más en el primer tiempo, el equipo de Eduardo Domínguez se iba al descanso ganando por 1 a 0, dominando con claridad el partido y además al frente tenía un rival al que no se le caía una idea.

El complemento sería un calco de la primera mitad, un conjunto albirrojo que se llevaba puesto a su rival, que con su velocidad podía lastimar fácil y generaba rápido ocasiones que lo acercaban de a poco al segundo.

Gimnasia no conforme con jugar espantoso, sufriría el segundo gol por pura imprecisión de su propio jugador, hablamos de Augusto Max que estaba parado como stopper izquierdo, el cual recibió un pase en su propia área y la terminó regalando a Guido Carrillo para que el delantero y figura del equipo de calle uno convierta con tranquilidad y amplíe la diferencia en el regional.

El mal momento que atraviesa el Lobo en todas sus áreas estaba a las claras cuando se veía a un equipo desganado, que sufría hasta con la idea de mantener el balón en los pies, en todo momento buscaba quitárselo de encima y eso su rival lo aprovechaba para acercarse y estar cada vez más cerca del tercer tanto que si no fuera por Insfrán, hubiera estado en cualquier momento. 

Del Tripero solo se pudieron rescatar débiles remates de fuera del área, como en un intento desesperado de encontrar un milagro que nunca iba a llegar, mientras tanto las bandas del León eran las que más lastimaban.

Medina estaba intratable tanto para desbordar y sacar centros como para disparar, pero al frente encontraba siempre un férreo portero visitante y un Corbalan que sería quizá lo más destacable para corregir errores propios como los de sus compañeros en los últimos metros del campo.

Fue final en el Jorge Luis Hirschi, Estudiantes se quedaba con un triunfo vital para lo anímico, para seguir en la cima de la tabla y además lograr consolidar una paternidad que parece interminable, cada punto del equipo de Domínguez lo acerca cada vez más a zona de copas y es necesario que de mínima asegure la Sudamericana antes de entrar a la pelea por el título del Torneo Clausura.

Por el otro lado se veía un Gimnasia derrotado en todas sus filas, jugadores, cuerpo técnico interino y dirigentes se retiraron del recinto rival de toda la vida con las caras largas, cabezas gachas y con una señal de desesperanza alarmante para la lucha por no descender que tiene hoy el equipo tripero, estando a 3 unidades de caer a la Primera Nacional las alarmas se encienden en un Gimnasia que parece no tocar fondo.

Estudiantes con este triunfo logró aumentar la diferencia en el historial sobre los de 118 y 60 a 17 partidos de ventaja, siendo 68 triunfos para los albirrojos, 71 empates y 51 triunfos triperos.